20.4.10

El grajillo y su ábaco

¡Muy buenas a todos! creo que por primera vez en mucho tiempo os voy a ofrecer una buena nueva encuanto a lo profesional se refiere (en el resto de cosas soy sublime, como ya habreis observado).
El jueves pasado empezó mi vida profesional como profesor de matemáticas en una academia. La academia en sí no es de matemáticas, sino que es una fábrica de bomberitos, de esos que apagan fuegos y bajan gatos de los árboles, por lo que cuando me presentaron el tema de matemáticas que debería explicar me pareció muy accesible.
Pasados unos días de preparación en la casa de la Santa Inquisición de Alcantarilla, bueno, en realidad sólo uno, y refrescados todos mis conocimientos matemáticos, llegó el día, allá vamos.
La toma de contacto fue buena, ya que antes de empezar a dar clase, estaban corrigiendo un examen, así que me dio tiempo a observar un poco a la gente y el funcionamiento de la academia. Cuando me llegó el momento estaba un poquito nervioso, pero la verdad es que una vez entrados en materia, los nervios se van evaporando y poco a poco fui cogiendo soltura, ser profesor mola.
El caso es que te das cuenta de muchas cosas, como que el tiempo pasa mucho más rápido cuando eres tú el que da la chapa a la peña que cuando hay alguien adoctrinándote a ti, o lo molesto que es cuando intentas explicar algo y hay gente hablando, aunque en general, el comportamiento de los alumnos mola. Supongo que el que sean opositores a bomberos, de una media de 25-30 años ayuda, no quiero ni imaginarme como debe ser dar clase a 30 niños de 4º de la ESO, pero dar clase a estos es en ocasiones hasta divertido.
Es una lástima que el trabajo vaya a ser tan fugaz, ya que el temario de la oposición es muy amplio, y de matemáticas sólo hay uno, por lo que trabajaré unas 3 o 4 semanas a lo sumo, con dos clases cada jueves (una al grupo de las mañanas y otra al grupo de las tardes), pero la experiencia me está gustando, os iré informando de mis peripecias como profesor.

Un beso a todos!

13.4.10

Sobre asisa y la seguridad social

Mi madre era funcionaria desde antes de mi nacimiento, lo que me convierte en un asegurado por asisa hasta mi incorporación al mundo laboral.
Pues bien, como la mayoría de vosotros sabréis, veraneo en Mazarrón, usando su correspondiente servicio de urgencias cuando así lo he necesitado, por eso no termino de entender muy bien los sucesos que voy a relataros.
En junio del año pasado, fui atacado por una terrible, casi mortal, reacción alérgica mientras dormía en Mazabronx, lo que me llevó una noche entera sin dormir, con terribles picores, mayores que los de las pelotas de Tapanez. A las 6 y media de la mañana, desesperado ya, decidí acudir a urgencias, lugar que no encontré hasta pasadas las 7 porque estaban de obras y lo habían trasladado a una triste caseta prefabricada en un lugar de mazarrón que ni Labordeta había pisado antes, una vez llegado a este lugar, me vio un médico, me recetó unas pastillas y me pincharon un urbason, genial, a dormir... hasta aquí todo normal, ¿verdad?
¡GIRO DE GUIÓN INESPERADO! El viernes me llega una carta certificada pidiéndome 106,12€ en concepto de dichos servicios. Lo primero que me viene a la cabeza es mirar mi DNI, a lo mejor estoy viviendo en Wisconsin y no lo sabía, no, soy español. Segunda sorpresa, miro el parte médico, y en el reverso viene un apartado que dice literalmente "persona encargada del pago: ASISA", bien, todo ha debido ser un error...
Pues no, amigos, la simpática persona que me contesta al teléfono de la conserjería de sanidad me dice que he de entenderme yo con asisa, allá vamos. Tras una primera toma de contacto telefónico, decido acudir a las oficinas de asisa, mi visita transcurrió tal que así:
-Buenos días, ¿es aquí lo de recursos?
-Sí, pase (no va a conseguir nada porque somos unos inútiles...)*
-Mire, me pasa lo siguiente... estoy en paro y sin prestación y no puedo hacer frente a dicho pago
-(Me la suda)Pues págalo porque esta gente va en serio y te embargan
-Verás, hombre muy bien vestido y muy bien peinado, no me pueden embargar nada, porque no tengo nada.
-Tranquilo que ellos se lo cobrarán de donde sea
-Entonces, ¿Qué tengo que hacer para reclamar a asisa?
-Pues primero paga la factura, y después me rellenas este formulario y ya veremos si te devolvemos tu dinero o no...
-Muy bien, muchas gracias por nada, así se te pongan negras las pelotas (maldición extraida del diccionario tapizquiano)

Resumiendo, que tengo que pagar 106,12€ porque me pincharan un puto urbason... hagamos apuestas, ¿cuántos de vosotros creeis que asisa aceptará mi recurso y me devolverá ese dinero? si esque luego me decis punky, pero estamos rodeados de hijos de puta, que lo sepáis.

*Pensamientos del señor de asisa, no revelados aunque ambos lo sabíamos...