Por la mañana, ya me sorprendió la noticia de la captura y muerte de Gadafi, gran noticia, sin duda. Después de comer me retiré a ver un par de pelis, las elegidas fueron "Eden lake" y "Lesbian vampire killer", ambas del Reino Unido, todavía me estoy riendo con la segunda.
Pero el gran momento del día vino después, cuando, sorprendido, vi el comunicado de ETA anunciando el cese definitivo y sin condiciones de la violencia, noticia esperadísima por todo el mundo y que todavía estamos deglutiendo.
Desde que tengo uso de conciencia, recuerdo noticias de asesinatos y secuestros de la banda vasca, especialmente duros fueron el asesinato de Miguel Ángel Blanco, y el secuestro de Ortega Lara, que todavía recuerdo a la perfección a pesar de que apenas tenía 11 y 10 años respectivamente. Dudo mucho que haya alguien en este país que no tenga algún recuerdo de ETA grabado en la memoria, han sido 829 muertos, que se dice pronto.
Ahora se abre una nueva etapa en Euskal Herria, en la que espero que el diálogo sea el principal protagonista, y el miedo no tenga lugar.
Pero seamos realistas, el problema vasco no ha terminado, y no se le puede dar la espalda. En Euskadi hay mucha gente que no se siente española, independentistas que ven a España como un país extranjero que está ocupando sus tierras. Y digo yo, ¿qué potestad tengo yo, murciano, de decidir la bandera que ha de hondear en los ayuntamientos de Bilbao o San Sebastián?
Yo siempre he sido partidario de que se haga un referéndum preguntando a la ciudadanía, ya que a ellos corresponde el decidir si quieren pertenecer a un país, o por el contrario desean formar el suyo propio, no creo que eso deba venir impuesto por nadie, sino que corresponde al pueblo tal decisión.
Ahora que el fin del terrorismo ha llegado, parece que es un buen momento para dejar de darle la espalda al problema y tratarlo de frente, aunque en el fondo no deseo tal separación, por la simple razón de que no me gustaría dejar de ver a mi equipo, el Athletic, disputando la liga española.
En fin señores, opinen, con argumentos, sin insultos y con la foto de Toquero en el pecho.