26.6.12

¿Qué he hecho mal?

Que me gusta escribir en este blog es evidente, si no, no lo haría, y sabe Dio que no lo hago por dinero, ya no al menos, ya que Google hace tiempo que dejó de hacerme aquellos ingresos que tan bien quedaban en mi libretita de ahorros (aquella que pasó a mejor vida en el anterior post). Tampoco me hace mucha falta el dinero para escribir, a mi soltar gilipolleces me mola, y lo hago gratuitamente, los genios somos así.

Ahora me pongo a mirar atrás, al día que me hice este blog, y creo que he superado todas mis espectativas, casi 7 años ya escribiendo, en los que estoy orgulloso de al menos 4 ó 5 post de los 228 que he escrito (mentira, estoy orgulloso de muchos más, era una nota de falsa humildad para acercarme al pueblo llano, trucos de campechanos). Me he llevado muy gratas sorpresas de gente que no esperaba que me leyera y me han comentado que les encanta mi blog, momentos en los que me siento como el puto Ken Follet, pero en atractivo.

Hasta ayer todo era así de bello y esplendoroso, pero mi gozo en un gran pozo de mierda, os cuento. Blogger ha tenido a bien mejorar sus servicios para con sus bloggers y ha incluido multitud de cosillas nuevas y estadísticas chorras, cosa que a mi me encanta, poder saber cuanta gente me visita cada día, los posts que más se han leído, de qué país son mis visitantes, la ropa que llevaban puesta cuando entraron, y demás cosillas útiles. El problema vino en uno de esos apartados, y es que hay gente que llega a este santo blog por medio de google, gente que busca cosas allí y el buscador le dice "pues pásate por el blog del Migui, que ya habló de eso y además te va a quedar clarísimo, con una bella prosa que te hará notarte mojada en las bragas".

¿Todavía no veis nada raro? a esta alturas yo tampoco lo hacía, pero os falta por haceros la pregunta clave, ¿Qué busca esa gente en google para que la manden a mi blog? ahí llega el verdadero horror. La primera vez que lo miré, me hizo gracia ver que dos personas habían llegado buscando las tetas de Carmen Machi, Tapanez y otro más, pero ayer volví a mirarlo y solo me vino una cosa a la cabeza "¿Qué he hecho mal?"

La verdad es que este blog no es sobre nada en concreto, he escrito de música, de cine, de viajes, música, festivales y en general de cualquier cosa que se me pasa por la cabeza y creo que debe ser contada, pero lo que tengo claro es lo que no es, y no es un sitio en el que aprender sobre los siguientes términos, a causa de los cuales google me ha enviado a peña, seguro que unas joyitas todos ellos, a saber:

- Fitofilia: ¡2 personas han llegado a mi blog intentando aprender como follarse a un melón!

-Monos malos: otras dos personas, realmente no sé ni por qué estos señores querían información sobre simios con mala conducta ni por qué mi blog es un buen lugar para estudiarlos

Y, abróchense los cinturones...

-Semen nuclear: ¿cómo se os queda el cuerpo? hay dos personas, en este planeta que habitamos tan tranquilamente, sin sospechar siquiera el peligro que nos acecha al convivir con ellas, que están interesadas en semen nuclear. Esto de por sí ya es bastante malo, pero que mi blog parezca el lugar idóneo para conseguir sus fines me da mucho sobre lo que pensar.

¿Es realmente esa la imagen que le doy a la gente que entra a este blog? ¿sexo con frutas, monos malos y semen nuclear? ¿acaso para salir en lugar de cerrar la ventana vais a tener que empezar a gritar "Jumanji"? Yo me retiro a mi más oscuro rincón, a mecerme en la oscuridad debajo de un chorro de agua fría a ver si me puedo quitar esta sensación de suciedad que invade mi piel.

16.6.12

¡A mi cuello no!

Comienza un nuevo día en la apacible y ejemplar vida de vuestro héroe favorito, un servidor. Limpio mi bello rostro de legañas y demás cosas indignas de ocupar dicho espacio que hayan tenido a bien aparecer a lo largo de la noche, saco lustre a mi dentadura y vacío mi vejiga. Hora de ir a la cocina, me echo un buen tazón de leche con crispis (hoy no son miel pops, primer punto dramático del día) y me dirijo a saborearlos junto a mi ordenador viendo un rato mi facebook y twitter, como cada mañana.

Hasta aquí un día normal, pero sed pacientes, pronto vendrá el giro de guión inesperado y ¡zasca! ya lo tendréis, ¡otro genial post!

Termino mis crispis, le rescindo el contrato a Kaká, vuelvo a lavar mis dientes (no me gusta el regustillo que se me queda después de desayunar en la boca) y me dirijo a la cocina, donde enchufo mi móvil a mi conexión wi-fi para ver si alguien ha tenido a bien comunicarme algo vía guasá, y de paso quedar para ir al gimnasio un rato (sí, de ahí viene la musculatura de gladiador que podéis observar últimamente con regocijo en mi cuerpo). El guasá tarda en cargar, tengo muchos mensajes, demasiado tiempo sin abrirlo, mientras carga voy a ver el correo ordinario, tengo dos cartas, una de yoigo y otra de cajamar.

Es el momento de ponerse esta música de fondo mientras sigues leyendo

Los de yoigo como siempre, unos 8 eurillos por comunicarme con la gente, me parece bien, pero ¡Achtung! ¡La carta de cajamar trae dos hojas! ¡Y solo una es el recibo del móvil!. En este punto, vuestro apuesto héroe decide que esta gente no puede ofrecerle nada interesante, y tiene todavía medio libro de Terry Pratchett por leer, pero no, algo en mi cabeza empieza a olerse la tostada... "¿De verdad no vas a leer una carta del banco? ¡las letras son muy pequeñas!" . Una vez más las letras en cursiva tienen razón, con esta gente nunca se sabe, vamos a ver que me cuentan.

¡¡¡¡EH!!!! ¡¡¡¡¡¡¡PERO BUENO!!!!! ¿Qué es esto? ¿que me vais a cobrar qué? ¿9 euros trimestrales por mantenimiento de cuenta? ¿20 euros anuales por tener una tarjeta que me permita sacar mi dinero cuando lo necesite? ¿50 céntimos por cada recibo que pague en mi cuenta? echando cuentas, teniendo en cuenta que solo pago el móvil en mi cuenta, ¿os tengo que pagar 62€ al año por dejar que hagáis negocio con mi dinero? ¿acaso parezco un payo que perdió la guerra?*. Yo había oído que iban a rescatar a esta gente, ¡pero no sabía que querían atar la cuerda a mi cuello! cuando veo pelis de aventuras, el héroe suele atar la cuerda a un árbol muy grande para rescatar a la guapa, ¿esta gente qué clase de películas ve?

Me dirijo al banco, cartilla y carta en mano, comienza el primer round

(Es hora de cambiar la música y ponerse esta otra)

Entro al banco, hay un raro olor a azufre....

-Buenos días señor, vengo a cerrar mi cuenta
-¿Puedo preguntarle por qué?
-Por esto (le enseño la carta que acabo de leer)
-Enséñeme su cartilla, por favor (se la enseño). A usted todavía no le han cobrado nada de esto
-¡Ni me lo van a cobrar! cierre mi cuenta y ponga la pasta justo aquí
-Un momento, esta cuenta no es de esta entidad, es de otra que hay a 200 metros y no te la puedo cerrar, porque tengo que grapar el contrato a la cancelación, y su contrato no está aquí

Sé que este tipo me está mintiendo, pero no pasa nada, estoy muy mentalizado para este combate, acepto ir al segundo round, pero será otro día.

Amanece un nuevo día en mi vida.... ¡que no! que es coña, me ahorro lo de desayuno esta vez, aunque podéis volver a leer los dos primeros magníficos párrafos de este post si lo deseáis.

Entro a la oficina donde me han dicho que debo cerrar mi cuenta.

-Buenos días, vengo a cerrar mi cuenta
-¿Puedo preguntarle por qué?
-Por esto (le enseño la carta a este tipo también)
-Entiendo, ¿y has encontrado ya un banco que no te cobre comisiones?

¿Cómo? ¿me está preguntando si lo estoy dejando por otro banco? ¿qué hago yo ahora? ¿le digo que no es él, que soy yo? ¿le digo que no hay otro, que simplemente necesito tomarme un tiempo? nunca pensé que tendría esta conversación con un banquero.

-Bueno, he encontrado uno que me las quiere cobrar, y no estoy dispuesto a ello
-De acuerdo, deme su tarjeta (la rompe delante de mi con sus tijeras, está intentando hacerme daño y restregándome nuestro pasado juntos, pero eso no funcionará conmigo, ya he visto su verdadera cara)
-¿Algo más?
-No, nada más, vaya a la ventanilla y que le den su dinero.

Como sospechaba, ni rastro de mi contrato, aquel que necesitaba imperiosamente el primer usurero para poder cerrar mi cuenta. Me da igual, no es momento de pensar en lo duro del camino, sino de disfrutar del dulce sabor de la victoria. Salgo del banco con mi dinero, el sol reluce, hace un día maravilloso, me pongo mis gafas de sol y emprendo el camino de vuelta hacia el hogar sintiendo el fresco aroma del día en mi cara.

Y... señores y señoras, ahora es cuando las lágrimas empiezan a surcas vuestros rostros, porque así es como termina la historia de como un servidor luchó contra la tiranía de las comisiones abusivas y consiguió salir airoso de dicha cruzada. Algún día los juglares hablaran de este hecho, y vuestros nietos podrán contar a sus amigos, que sus abuelos conocieron a tan magno héroe.

* Expresión registrada bajo los dominios del Macho Legendario