15.1.06

El espejo en el espejo

Echando un vistacillo a mi blog me doy cuenta de que se me escapa un poquillo de la temática para la que estaba pensado, yo quería que fuera algo más cultural... así que bueno, he decidido compartir con vosotros uno de mis relatos cortos favoritos, a ver si leeis algo bueno que ya toca...
El relato es del libro "El espejo en el espejo" , un libro de relatos cortos escrito por Michael Ende (La historia interminable), un día me lo leyó Nico en la puerta del empalme y me encantó, espero que a vosotros también os guste.


Este señor se compone sólo de letras. De muchísimas letras, se entiende, de un número astronómico de letras, pero al fin y al cabo sólo de letras.


Aquí está su amiga. Es, como se ve, de carne y hueso. ¡Y de qué carne! Da gusto verla, ¡y no digamos tocarla!


Los dos van ahora juntos a la feria. En la góndola y la noria todo va bien todavía. Pero luego llegan a una caseta de tiro al blanco; un tiro al blanco un poco extraño, ésa es la verdad.


¡Pruébate a ti mismo!, puede leerse en grandes letras en la parte de arrriba. Y más abajo figuran las reglas. Sólo son tres:


1. Cada tiro es un blanco garantizado.


2. Por cada blanco, un tiro gratis.


3. El primer tiro es gratuito.


El señor que rodea con el brazo la cintura de su amiga estudia atentamente el letrero. Quiere seguir su camino rápidamente, pero ella insiste en que haga uso de la ventajosa oferta. Quiere ver de lo que es capaz.


Pero el señor no quiere.


-¿Pero por qué no, cariño? ¿Qué tiene de malo?


Tiene de malo que hay que disparar sobre un blanco bastante insólito, sobre uno mismo, es decir, sobre la propia imagen reflejada en un espejo de metal. Y el señor de letras no se siente en absoluto lo bastante real para distinguir de una manera tan arriesgada entre sí y su imagen reflejada.


-¡O disparas -dice la amiga, por fin, furiosa-, o te dejo!


El sacude la cabeza. Entonces ella se va con otro, un carnicero que entiende de carnes y huesos.


El señor se queda solo y la sigue con la mirada. Cuando desaparece de su vida en el gentío, él se deshace lentamente en un pequeño montón de diminutas minúsculas y mayúsculas que la multitud pisotea al pasar.


La verdad es que para eso podría haber disparado, ¿verdad?

6 comentarios:

Sarlacc dijo...

Eso de "en la puerta del empalme" suena a cochino. Ya me advirtió Maese Yhan acerca de usted.

Anónimo dijo...

Enano, sigo sin entender por qué a éstos les sale aquí su jeta cuando comentan y a mí no. Exijo una satisfacción.
PD: muy entretenido tu relatillo, si os mola Ende os recomiendo leeros Momo.

The crow dijo...

Umm, cochino en la puerta del empalme? q va, sólo se desnuda gente dentro, la puerta es muy formalica.
Lo de tu bonita cara Tomás, aparecerá cuando seas un usuario registrado de blogger, yo intenté solucionarlo pero tuve que quitar tu foto por ciertas amenazas de muerte...

Anónimo dijo...

No entiendo la puta historia, que alguien me la explique

The crow dijo...

Bueno, dale tu propia interpretación, no se trata de nada científico... lo que a ti te parezca... será, así de simple ;)

Anónimo dijo...

Es un relato muy inteligenete desarollado con agilidad y eficacia (vamos, que mola). Ya lo había leído, pero no piede su valor. Un saludo.

(Migi, mucho mejor esto que el negro aquel cantando que era HORRIBLE).